Respuesta agronómica y fisiológica del almendro al riego deficitarioindicadores de estrés hídrico

  1. NORTES TORTOSA, PEDRO ANTONIO
Dirixida por:
  1. Rafael Domingo Miguel Director
  2. Alejandro Pérez Pastor Director

Universidade de defensa: Universidad Politécnica de Cartagena

Fecha de defensa: 11 de abril de 2008

Tribunal:
  1. Alain Baille Presidente
  2. Emilio Nicolás Nicolás Secretario
  3. José María Tarjuelo Martín-Benito Vogal
  4. Arturo Torrecillas Melendreras Vogal
  5. Carmen Biel Loscos Vogal
Departamento:
  1. Ingeniería Agronómica

Tipo: Tese

Resumo

El objetivo global de esta memoria fue estudiar la respuesta agronómica y fisiológica de almendros jóvenes y adultos a la aplicación de distintas estrategias de riego deficitario, y evaluar la utilidad y aplicabilidad de distintos indicadores del estado hídrico del árbol en la programación del riego. Para ello se establecieron tres ensayos en dos parcelas experimentales: uno en almendros adultos cv. 'Colorada' regados con agua de elevada salinidad y que constó de tres tratamientos de riego: (i) TCTL, regado al 125% ETC durante todo el ciclo de cultivo; (ii) TRDC, regado al 100 % del TCTL hasta alcanzar el tamaño exterior del fruto, 70% hasta el inicio de la fase IV, 30% hasta recolección y 70% durante el resto de la estación de riego y (iii) TSCO, sin riego durante todo el año, y otros dos en almendros jóvenes cv. 'Marta', con agua de buena calidad y con un total de cinco tratamientos: (i) TCTL, regado al 120% ETC durante todo el ciclo de cultivo; (ii, iii) TRD80 y TRD60, regado al 80 y 60% de la ETC durante todo el ciclo de cultivo y (iv, v) TRDC40 y TRDC20, regados al 100% ETC durante todo el ciclo de cultivo excepto en la fase IV, donde recibieron el 40 y 20% de la ETC respectivamente. Los principales mecanismos desarrollados por los almendros adultos bajo condiciones de estrés hídrico y salino fueron: (i) una disminución del potencial hídrico foliar, al objeto de generar un mayor gradiente de potencial hídrico entre el suelo y la hoja, y de este modo favorecer la absorción de agua, (ii) una temprana regulación estomática, desde las primeras horas del día, permitiéndole una mayor eficiencia en la absorción de CO2 respecto a las pérdidas de agua, (iii) un ajuste osmótico durante la mayor parte de la estación de crecimiento, lo que permitió mantener la turgencia celular y compensar las disminuciones de potencial hídrico foliar y (iv) una disminución del índice de área foliar (LAI), lo que supuso una contribución adicional al mantenimiento de la turgencia, ya que al disminuir el ratio brotes/raíz se redujo la tasa transpirativa para idéntica demanda evaporante. En cuanto a los rendimientos obtenidos, los tratamientos control y de riego deficitario controlado (RDC) mostraron valores superiores a los esperados para la salinidad presente en el agua de riego. Por otro lado, el tratamiento RDC, con un ahorro de agua del 50% obtuvo una producción similar al control. Estos resultados muestran una buena adaptación de esta variedad autóctona al estrés hídrico y salino, lo que le permite utilizar más eficazmente el agua disponible. De los parámetros evaluados en almendros jóvenes fue el crecimiento vegetativo el más sensible al déficit hídrico, y en especial el diámetro del tronco. Los tratamientos más afectados fueron aquéllos en los que el estrés hídrico fue más intenso y aplicado desde el primer año de plantación (TRD60 y TRDC40). Sin embargo, el rendimiento no se vio, prácticamente, afectado, ya que tan sólo TRD60 y en su tercer año de ensayo presentó valores inferiores al control. La disminución del diámetro de tronco y consecuentemente del volumen de copa supone un menor espacio para el asentamiento de frutos y, en definitiva, una menor carga productiva. Cabría, por lo tanto, esperar una acentuación de estas diferencias a más largo plazo. Todo ello, muestra la conveniencia de realizar una programación del riego con criterios de crecimiento y desarrollo en los primeros años de la plantación al objeto de alcanzar el estado adulto lo más rápidamente posible. De los diferentes indicadores evaluados del estado hídrico del árbol fue la máxima contracción diaria del tronco (MCD) la que presentó la mayor correlación con el potencial hídrico foliar al alba y de tallo a mediodía, parámetros utilizados tradicionalmente de referencia en este tipo de estudios. Lo mismo sucedió en las correlaciones con la evapotranspiración de referencia (ETo) y el déficit de presión de vapor (DPV). Esto unido al hecho de detectar rápidamente cambios de humedad en el suelo, de su posible automatización y del seguimiento en tiempo real del estado hídrico del árbol le convierte en una herramienta muy útil para el manejo y automatización del riego. Dentro de esta línea, es de destacar la estrecha relación observada a nivel estacional y mensual entre la máxima contracción diaria (MCD) y el déficit de presión de vapor (DPV), lo que ha permitido establecer líneas de referencia de posible aplicación a la programación automática del riego en el cultivo del almendro.