Desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para el tratamiento de enfermedades degenerativas de la retina basadas en vectores no virales y en técnicas de reprogramación celular

  1. Díaz Tahoces, Ariadna Rocío
Dirigida por:
  1. Eduardo Fernández Jover Director/a

Universidad de defensa: Universidad Miguel Hernández de Elche

Fecha de defensa: 15 de diciembre de 2015

Tribunal:
  1. Pedro de la Villa Polo Presidente/a
  2. José Francisco Horga de la Parte Secretario/a
  3. José Manuel Ferrández Vicente Vocal
  4. Cristina Soto-Sánchez Vocal
  5. Jordi Monés Carilla Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 399819 DIALNET

Resumen

Según los datos recogidos en 2008 por el INE (Instituto Nacional de Estadística), en nuestro país se estima que alrededor de 979.200 personas (de 6 o más años) padece algún tipo de discapacidad visual, cifra que supone más del 2% de la población española. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 285 millones de personas en todo el mundo, padecen algún tipo de discapacidad visual y de las cuales 39 millones son consideradas ciegas. Dentro de esta población, más del 15% sufren enfermedades degenerativas de la retina como la Retinosis Pigmentaria o la Degeneración Macular Asociada a la Edad (Resnikoff et at., 2008). A pesar de su prevalencia, estas enfermedades tienen todavía en común, que no existe de un tratamiento restaurador, capaz de regenerar la lesión/perdida ocasionada. Es por esto que se pone de manifiesto la necesidad de encontrar nuevos tratamientos alternativos paliativos para dichas enfermedades degenerativas. En este contexto, los estudios en dos importantes campos de la neurociencia como la terapia génica y el tratamiento con células madre, están despuntando en la actualidad como posibles técnicas para obtener novedosos tratamientos. En concreto en el campo de la terapia génica, los vectores virales utilizados comúnmente para esta técnica, generalmente sufren problemas de seguridad importantes, como el riesgo de oncogénesis, toxicidad e inmunogenicidad. Además, suponen un alto coste de producción y son capaces de transportar una pequeña porción de ADN. En base a estos factores, se ha motivado una creciente necesidad de desarrollar nuevos vectores más seguros y menos citotóxicos (Jafari et al., 2012). Por otro lado, se ha demostrados que la fusión celular puede ocurrir in vivo después de un trasplante de médula ósea; de hecho, las células hematopoyéticas trasplantadas se fusionan con los hepatocitos, cardiomiocitos y células de Purkinje, formando sincariones y heterocariones estables, en diferentes órganos (Ogle et al., 2005). También se ha descrito en la bibliografía que el co-cultivo de ESCs (células madre embrionarias) con células madre neurales o células de la médula ósea (BMCs) conduce a la formación espontánea de híbridos tetraploides con un fenotipo pluripotente (Terada et al., 2002) Además se ha demostrado que este tipo de fusiones aumentan después de una lesión y/o inflamación, como en el caso de la fusión entre BMCs y las neuronas de Purkinje en el cerebelo de ratones (Johansson et al., 2008). A pesar del avance producido en este campo en los últimos años, se desconoce su posible aplicabilidad como terapia restauradora de retinas afectadas por enfermedades degenerativas como la retinosis pigmentaria.