Las aguas subterráneas en Doñana y su valor ecológico
- Manzano Arellano, Marisol
- Custodio Gimena, Emilio
ISSN: 1132-9157
Año de publicación: 2007
Volumen: 15
Número: 3
Páginas: 305-316
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Enseñanza de las ciencias de la tierra: Revista de la Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra
Resumen
Se denomina Doñana a la zona costera situada entre los tramos bajos de los ríos Guadalquivir y Tinto, en el SO de la Península Ibérica, la cual se extiende sobre unos 3400 km2. El clima es mediterráneo con influencia atlántica. Una parte de la zona está formada por extensas marismas temporales y el resto son arenales con matorrales y ocasionalmente bosque. El acuífero de Doñana, con hasta 300 m de espesor en su parte costera central y normalmente de menos de 100 m de potencia, ocupa la mayor parte de la zona y es una pieza clave para los importantes valores ecológicos del área y también para las necesidades humanas. Lo inhóspito del área la ha mantenido poco alterada hasta la década de 1950, y en especial la de 1970, con la introducción de bosque maderable, regadío intensivo con aguas subterráneas locales, desarrollos turísticos y crecimiento poblacional, pero también con la creación protectora de la Estación Biológica de Doñana, de los Parques Nacional y Natural y con una progresiva toma de conciencia de las autoridades y de la población de los valores naturales a preservar y de los bienes y servicios que proporcionan. La explotación de agua subterránea, de hasta unos 90 hm3/año, ha supuesto un descenso de los niveles freáticos, la reducción o desaparición de caudales de arroyos, lagunas y áreas de freatofitas, además de cambios químicos, aún en proceso, a causa del uso de agroquímicos y de la infiltración de residuos agrícolas y urbanos. La conservación ha de resolver el conflicto de intereses entre la Naturaleza y la demanda humana de agua, transformando ésta de competencia en complementariedad.