Actuaciones para la corrección y el seguimiento de la contaminación hídrica

  1. Sánchez, M.
  2. Moreno Merino, Luis
  3. Domènech, Cristina
  4. Manzano Arellano, Marisol
  5. Ayora Ibáñez, Carlos
  6. Gómez González, Paloma
  7. Mora, A.
  8. Guijarro, A.
  9. Navarrete, P.
  10. Fernández, I.
Revista:
Boletín geológico y minero

ISSN: 0366-0176

Año de publicación: 2001

Volumen: 112

Número: 1

Páginas: 123-136

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: Boletín geológico y minero

Resumen

Se describen las actuaciones realizadas para la depuración o el seguimiento del impacto del vertido minero de Aznalcóllar sobre el medio hídrico. El capítulo se refiere al agua superficial retenida inicialmente en Entremuros, al agua del río Guadiamar y al agua subterránea de los acuíferos afectados. La mayor parte del agua retenida en Entremuros tras el vertido fue tratada por el IGME en una planta de emergencia construida in situ, y posteriormente fue evacuada hacia el río Guadalquivir a través del Canal de Aguas Mínimas. El tratamiento consistió en la adición de carbonato o hidróxido sódico a volúmenes discretos del agua contaminada, que posteriormente se dejaron decantar antes de ser evacuadas. El tratamiento y evacuación del agua duró aproximadamente un mes. El impacto del vertido sobre la calidad del agua del río fue la inmediata acidificación de ésta (con pH en torno a 4 entre la balsa accidentada y Aznalcázar), la eliminación del oxígeno disuelto, el incremento extraordinario de los sólidos en suspensión (hasta 30 g/L) y también de la concentración de metales pesados en solución, que alcanzó órdenes de magnitud similares a los medidos en el agua de la balsa accidentada. No obstante, al cabo de unos pocos días las concentraciones de oxígeno disuelto se restablecieron, la turbidez disminuyó y el pH comenzó a subir, aunque lentamente. La rápida retirada de los lodos depositados en las márgenes del río previno la continuada contaminación de éste. No obstante, en el tramo de río Agrio situado entre la balsa accidentada y la intersección con el río Guadiamar persisten los pH inferiores a 5 y las altas concentraciones de metales pesados, lo que se atribuye principalmente a la descarga de agua contaminada desde el aluvial al cauce en el entorno de la balsa. En el resto del cauce la principal causa de contaminación del agua del río Guadiamar son los vertidos de aguas residuales urbanas y agro-industriales sin depurar. En cuanto al impacto del vertido sobre los acuíferos, únicamente el sector de acuífero aluvial del río Agrio arriba mencionado está contaminado de forma generalizada. Su origen, probablemente una combinación del vertido de 1998 y de pérdidas anteriores de la balsa, es objeto de estudio en la actualidad. Entre la intersección Agrio-Guadiamar y Entremuros no existe hasta hoy una contaminación generalizada del agua subterránea, aunque sí persiste la contaminación puntual del agua de algunos pozos que resultaron inundados por el vertido y que no han sido limpiados de forma efectiva. No obstante, persisten las campañas de control.