Caracterización hidrogeoquímica del macizo de Betancuria. Fuerteventura, Archipiélago de Canarias

  1. Herrera Lameli, Christian
Dirigida por:
  1. Emilio Custodio Gimena Director/a

Universidad de defensa: Universitat Politècnica de Catalunya (UPC)

Fecha de defensa: 20 de julio de 2001

Tribunal:
  1. Jesús Carrera Ramírez Presidente/a
  2. Xavier Sánchez Vila Secretario/a
  3. Marisol Manzano Arellano Vocal
  4. Andrés Sahuquillo Herraiz Vocal
  5. María del Carmen Cabrera Santana Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 84892 DIALNET lock_openTDX editor

Resumen

La Isla de Fuerteventura se sitúa en el borde oriental del Archipiélago de Canarias, a sólo 100 km del continente africano. Presenta un relieve topográfico relativamente suave respecto a las otras islas del Archipiélago, lo que unido a su proximidad a la costa del Sahara explican el carácter árido del clima imperante. El sector estudiado se sitúa en la parte central de la Isla y abarca el Macizo de Betancuria y la Depresión Central. A partir de la distribución de las unidades geológicas e hidrogeológicas más importantes se ha dividido en dos dominios principales: un Dominio Occidental, constituido por rocas volcánicas e intrusivas del Complejo Basal (Cretácico Superior - Mioceno Inferior) y un Dominio Oriental, compuesto por lavas del Edificio Gran Tarajal (Mioceno) y por depósitos volcánicos (Pleistoceno-Holoceno) que conforman el Malpaís. En el Dominio Occidental las aguas subterráneas presentan un aumento de la salinidad con la profundidad. Se diferencia una Unidad Superior, que contiene aguas de menor conductividad eléctrica (2.5-5.5 mS/cm) y temperaturas que varían entre los 18 y los 25 ºC, y una Unidad Inferior, compuesta por aguas de mayor conductividad eléctrica (5.5-24 mS/cm) y temperaturas variables entre los 25 y 30 ºC. Las aguas de la Unidad Superior son del tipo clorurado-sódico con una alcalinidad moderada y bajos contenidos de sulfato y sílice. La concentración de nitrato es variable de un punto a otro, pero en la mayoría de los casos se sospecha una componente antrópica asociada a usos agropecuarios. Las aguas más salinas de la Unidad Inferior son de tipo clorurado-sulfatado-sódico. Los contenidos de sílice son altos y los contenidos de nitrato están ausentes. La elevada salinidad en las aguas de la Unidad Superior responde principalmente al efecto de la aridez climática y localmente a efectos puntuales de retornos de riego. A partir de la modelación hidrogeoquímica realizada con el programa PHREEQC se deduce que la aridez climática tiene su efecto en una mayor concentración del agua de lluvia como consecuencia de la evaporación. En menor medida existe una aportación debido a la interacción agua-roca que implica una aportación de sodio como consecuencia de la alteración de plagioclasas. No obstante, para las muestras de la Unidad Inferior es necesario considerar otros orígenes para la salinidad. A partir de la interpretación de la relación rCl/rBr, del estudio de los isótopos del agua (18O y deuterio), de las relaciones iónicas y de la modelación hidrogeoquímica se ha deducido una salinidad debido a la mezcla con agua marina. Esta correspondería a agua marina relicta presente en las rocas intrusivas del Complejo Basal. La menor permeabilidad que presentan las unidades intrusivas explicaría la existencia de agua de origen marino por sobre el nivel del mar. Estas aguas también presentan contenidos elevados de sulfatos los cuales tienen un origen distinto, asociado a la disolución de sulfatos de origen ígneo. Las aguas de menor mineralización reconocidas en el Dominio Oriental son de composición clorurado-sódica, con valores de las relaciones iónicas más próximos a los valores de la precipitación. Los valores de las relaciones iónicas de estas aguas se aproximan más a los valores del agua de lluvia respecto a las aguas de la Unidad Superior, lo que se atribuye a la menor solubilidad de los materiales que componen las lavas del Malpaís. A partir de la integración del estudio de la piezometría, de la interpretación de los análisis químicos e isotópicos de las aguas, del análisis de perfiles de temperatura y conductividad eléctrica en sondeos y de la interpretación de la distribución de las unidades geológicas en el subsuelo se ha establecido un modelo conceptual de funcionamiento hidrogeológico del acuífero.