La evolución del concepto de confortel confort ambiental en edificios docentes y administrativos

  1. López Davó, Joaquín A.
unter der Leitung von:
  1. Pablo Martí Ciriquián Doktorvater/Doktormutter
  2. Vicente Raúl Pérez Sánchez Doktorvater/Doktormutter

Universität der Verteidigung: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante

Fecha de defensa: 25 von März von 2022

Gericht:
  1. Juan Manuel García Chamizo Präsident/in
  2. Gemma Vázquez Arenas Sekretärin
  3. Josefa García León Vocal

Art: Dissertation

Teseo: 711853 DIALNET lock_openRUA editor

Zusammenfassung

Los primeros estudios sobre el confort humano buscan descubrir los condicionantes que lo configuran, es decir, buscan explicar los valores de los parámetros que pudieran definir las condiciones en las que se produce el adecuado nivel de confort, añadiéndole a este término un determinado “apellido”, como confort térmico, acústico, lumínico, arquitectónico, etc. Estos distintos “apellidos” van a pasar a denominarse, de aquí en adelante, como los dominios del confort. A lo largo de la revisión teórica que se realiza en esta tesis sobre el confort en general, se analizan los dos enfoques teóricos que existen. Por un lado, los estudios del confort centrados en un único dominio de este, y por otro, estudios más recientes en el tiempo, que buscan determinar las interrelaciones que puedan existir entre los distintos dominios del confort para así llegar a poder establecer los condicionantes del confort ambiental o global. El fruto más importante que han tenido los estudios de un único dominio ha sido la aparición de multitud de normativas a nivel internacional que prescribe una serie de condicionantes que, de cumplirse, aseguran un adecuado bienestar. Es decir, se intenta estandarizar o reglamentar algo intrínsecamente subjetivo, como es la percepción o sensación del usuario. La evolución de estos estudios de un único dominio, pasa a otro nivel y buscan también averiguar las interacciones que se pueden producir entre los condicionantes de varias de estas dimensiones, generando los primeros estudios multidominio como, por ejemplo, la relación entre el confort térmico y el visual u otras diversas combinaciones. Este segundo enfoque (que surge como evolución del primero), es el que considera modelos adaptativos y plantea un concepto de investigación del término más amplio, donde se aborda de forma simultánea o superpuesta los distintos dominios que configuran el término. La literatura más reciente muestra que no es suficiente estudiar únicamente las interacciones por separado de algunos dominios del confort, que la visión de este término como un todo es la siguiente evolución del estudio y por lo tanto se hace necesario un replanteo de este. En la presente tesis, se analiza cada uno de los elementos intervinientes en los dominios del confort, explicándose la multitud de variables y consideraciones a tener en cuenta a la hora de estudiar qué elementos influyen en cada una de las concepciones del mismo, viéndose que para su correcta consideración, no solo hay que tener en cuenta parámetros físicos (temperatura, humedad, iluminancia, ruido, etc.) medibles, sino también parámetros subjetivos y psicológicos, más difíciles de determinar. La multitud de variables, tanto objetivas como subjetivas, que pueden enmarcar cada una de las concepciones del confort, hace que la determinación de este sea muy compleja, y esta complejidad aumenta aún más cuando se evalúan las interacciones entre varios ámbitos del confort. Como se ha dicho, el mayor fruto de estos estudios es la normativización del confort, es decir, el establecimiento de valores estándar que se pretende que lleven implícito la consecución de un determinado nivel de bienestar, aunque existen diversos estudios (Candido et al., 2016; Schweiker et al., 2020) que han demostrado que estas estandarizaciones no funcionan en algunas condiciones. Las condiciones en las que los modelos predictivos no resultan operativos suelen ser las derivadas de situaciones reales, ya que muchos de estos modelos se han desarrollado en condiciones de laboratorio muy controladas por lo que su extensión a situaciones reales no controladas es más difícil de conseguir y por tanto esos niveles de confort no se pueden alcanzar. Esta imposibilidad de estandarización y la complejidad del estudio de la relación entre ámbitos del confort, ha llevado a que surja una nueva tendencia en el estudio de este término. Tendencia mucho más compleja y completa donde se considera el confort en toda su extensión, como un término multidominio (en adelante confort ambiental) que hay que afrontar desde los conocimientos unidimensionales iniciales. En la tesis se hace también un estudio de los procedimientos (la mayoría de ellos normativos), para la determinación de los diversos dominios del confort, y se repasa cómo algunas de estas normas ya tienen en cuenta la adaptabilidad del ser humano y la relación entre algunos de estos dominios del bienestar. Se muestra cómo la evolución de la sociedad y su demanda de comodidad va por delante, en muchas ocasiones, de la evolución normativa, y ejemplo de ello son las nuevas exigencias de seguridad (que lleva implícito el confort) con las circunstancias actuales de pandemia provocada por el COVID 19. En la segunda parte de esta tesis, se han realizado encuestas y tomados datos para la construcción de variables ambientales de dos edificios de la Universidad de Alicante. Edificios de los que sus usuarios reportaban multitud de quejas sobre su habitabilidad y por lo tanto, presentaban importantes situaciones de “discomfort”. Se ha podido comprobar que obtener la apreciación de las circunstancias ambientales de los usuarios es muy compleja. Los trabajadores de un edificio tienen poca propensión a la colaboración en este tipo de estudios si no ven que existe un “feedback” adecuado, es decir, si no ven que sus respuestas se traducen en una mejora “más o menos inmediata” de sus reivindicaciones. Según las entrevistas mantenidas con algunos de los trabajadores, una de las primeras cuestiones que preguntaban al autor es si la encuesta iba a “servir para algo”, es decir, si se iban a mejorar sus condicionantes ambientales. Ante la respuesta de que se trataba de un estudio preliminar, la predisposición a su colaboración fue baja, y más si se tiene en cuenta que la encuesta se repitió varias veces en distintas épocas del año, para tener en consideración las condiciones ambientales interiores y exteriores en las distintas estaciones climáticas. A la vez que se realizaban estas encuestas, se instalaron un total de 6 sensores “data-logger” para el registro de datos ambientales de CO2, temperatura ambiente y humedad relativa, que registraron valores cada 10 minutos durante casi todo un año (de diciembre de 2018 a julio de 2019). Al inicio de la toma de datos, los sensores permanecieron ciegos, es decir, con la pantalla de visualización tapada, para evitar que los usuarios vieran sus lecturas y pudieran tomar algún tipo de medida correctora. Al final del periodo de registro de datos, se destaparon los sensores y se les explicó a los usuarios sus lecturas y su significado, fundamentalmente el valor de la medición de CO2. En el momento se expuso a los usuarios las consecuencias de valores de concentración altos de CO2 y que la ventilación era fundamental para una adecuada salud en el trabajo, la predisposición de estos a colaborar con la investigación y a tomar las medidas oportunas para ventilar las estancias cuando se producían concentraciones elevadas, fue total. Se pasó de superar frecuentemente los valores máximos recomendados en algunas estancias, a apenas llegar a los mismos, mejorando consecuentemente la ventilación de las salas. Esta fue una de las conclusiones más inmediatas de la presente tesis: si el usuario tiene la información correcta y es consciente de los beneficios que pueden aportar unas adecuadas condiciones ambientales, su predisposición a colaborar es mucho mayor, cosa que no ocurrió con las encuestas, donde el personal fue más reacio a su cumplimentación. Otra de las conclusiones a las que se ha llegado, es que la determinación de un nivel de confort ambiental a través de la recolección de datos subjetivos y objetivos pasa por el acopio de un número de parámetros muy importantes, lo que dificulta su captación. Desde el punto de vista de las encuestas, pretender observar los múltiples dominios del confort lleva a que dicha encuesta sea muy extensa, dificultando su contestación y desvirtuando en muchos factores las respuestas de los encuestados. Por otro lado, la recopilación de los distintos datos ambientales necesita un amplio conjunto de sensores y detectores que encarece este tipo de estudio y a su vez lo dificulta. Esto es debido a que algunos de los aparatos necesarios para las mediciones, implican procedimientos complejos que interfieren en el uso normal de los espacios a analizar. Esto lleva implícita otra conclusión, que pasa por la necesidad de simplificar la toma de datos, centrándola en los valores más determinantes de los distintos aspectos del confort, utilizando para ello de las nuevas tecnologías, como elementos “wearables”, o técnicas de IoT que permitan incluso el análisis en tiempo real y que puedan adaptar los condicionantes ambientales a las demandas de sus usuarios de forma sencilla y rápida.