Las mujeres rurales y la tech-nologia

  1. Hayet Kerras 1
  2. María Dolores de-Miguel Gómez 1
  1. 1 Universidad Politécnica de Cartagena
    info

    Universidad Politécnica de Cartagena

    Cartagena, España

    ROR https://ror.org/02k5kx966

Actas:
XVIII Congreso Internacional de Investigadores en Economía Social y Cooperativa

Editorial: CIRIEC

ISBN: 978-84-121210-1-8

Año de publicación: 2020

Tipo: Aportación congreso

Resumen

El mundo rural es uno de los que ha sufrido mayores cambios y transformaciones tecnológicas, económicas y sociales, en los últimos años. Hoy en día, la implicación del capital intelectual con todas sus componentes (Capital humano, capital estructural, capital relacional) es más necesaria que nunca para poder enfrentarse alas nuevas exigencias, y crear una sinergia capaz de lograr la inclusión social y alcanzar un desarrollo sostenible. En este sentido, Salazar y Forero (2011) sostienen que el vínculo que existe entre la ciencia, tecnología y el progreso, radica en el capital humano, e indican que representa un punto de partida, de crecimiento y de equidad para el logro de la productividad y genera ventajas permanentes para el desarrollo sostenible. Es importante subrayar que la mujer rural juega un papel clave en el logro de estas transformaciones, por lo que hay que potenciarlas y eliminar todo tipo desegregación, a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ya que estas permiten aportar innovaciones y mejoras, en este contexto, con la ayuda del e-learning, y el e-working, para una gestión y administración más precisa y eficiente. Desafortunadamente, la mujer rural ha aparecido con poca frecuencia como líder en grupos de productores o agricultores (Bryant y Pini, 2006) y eso se debe a varios factores que les excluyen de puestos de altas responsabilidades, entre ellos la falta de empoderamiento educativo y especialmente la capacitación tecnológica que se ha vuelto un elemento imprescindible en este sector y un factor clave en relación con el aumento sostenible de la productividad (UPA, 2019). Por otro lado, existen otros factores sociales que causan esta segregación, estos se definen por los diferentes estereotipos, como la desigualdad en el reparto de tareas entre género, que hacen que la mujer rural tenga siempre el rol de “ayudar” en lugar de “trabajar”, aún a pesar del papel múltiple que desempeñan como productoras, asesoras o consumidoras, ya que están muy implicadas en los campos nutricionales de la familia (Wright y Annes, 2016; Varela-Candamio et al, 2018). En este trabajo se analiza el impacto de la brecha digital de género sobre el desarrollo socioeconómico en las zonas rurales de España, y por ello, se compara el nivel de educación universitaria, la formación tecnológica y las afiliaciones agrarias por género. En este estudio se observa en primero lugar, que existe una diferencia entre los niveles educativos y formativos entre las zonas rurales y las zonas urbanas, ya que estas últimas disponen de más recursos y de una población más preparada. En segundo lugar, se destaca que, aunque haya, en ambas zonas, más mujeres que hombres con educación universitaria, son los hombres los que predominan en casi todos los campos agrarios (empleo, percepción de ayuda de desarrollo rural, titularidad de explotaciones, puestos de alta responsabilidad) a excepción del emprendimiento en zonas rurales relacionadas con el turismo rural.